Hoy es uno de esos días en los que no me aguanto ni yo, estoy
deseando llegar a casa para tirarme al sofá. Pongamos que no ha sido una de mis
mejores semanas. El trayecto, normalmente de unos 15 minutos, se me hace
eterno, agravado por una de esas obras absurdas con las que nos obsequia el ayuntamiento
de esta ciudad. Casualmente hay una obra/mudanza en mi calle y no hay dios que
aparque, doy vueltas y el único sitio que encuentro es debajo de un pino, o sea
que tiene toda la pinta que mañana cuando vaya a por el coche me lo voy a
encontrar decorado por la putas palomas que habitan en mi barrio. Me planteo
mentalmente dar otra vuelta a ver si hay más suerte o aparcar a tomar por culo
y me decido por esto último, el paseo me vendrá bien.
Cuando llego a casa, saludo a Lasniñas y al Mister, cada uno
está en su cuarto, el Mister trabajando y Lasniñas hacen la tarea, qué paz, qué
tranquilidad, una sensación de bienestar me invade y decido meterme a la ducha
y lavarme el pelo. Hoy me merezco dedicarme un poco a mí misma y al salir me
echo las ochenta cremas que según las revistas hay que echarse a diario, tarea
completamente imposible en el mundo real, al menos en mi caso. Hoy tiro la casa
por la ventana y me pongo mascarilla, un aceite suavizante en el pelo,
anticelulítico en las zonas “rebeldes” (ya trataremos en otro post este temita),
reafirmante en el resto, super suavizante en manos y codos y porque no tenía
betún, que si no me lo unto también. Vamos que he salido del baño más suave y
perfumada que en años. Sorprendentemente pude realizar toda esta operación sin
escuchar ni una sola vez: “Mamáaaaaaaaa…….. ven” no me lo podía creer, los
astros se habían alineado a mi favor y además la cena estaba hecha. Salgo del
baño, con miedo, pensando qué me encontraré …., y nada, silencio, el Mister a los
suyo, Lapequeña jugando en su cuarto, Lamayor viendo la tele. Así que en pijama
me pongo a leer en el sofá.
Viene el Mister y me dice: “Por qué estás en pijama, va a
venir un cliente ahora”. En este punto os aclaro que él trabaja en casa, tiene
una habitación/despacho para él solo.
-“¿A estas horas? Estoy en pijama porque acabo de salir de
la ducha y a menos que pretendas llevarme a cenar a un restaurante que me
encante, al cual no puedo ir en pijama, no me visto ni aunque venga Brad Pitt”.
Así que cerré la puerta del salón y seguí leyendo.
Suena el timbre, abre el Mister, y los oigo hablar en el
recibidor. Yo a todo esto tan tranquila, claro, pensando que tenía que haberme
secado el pelo porque lo tenía chorreando, pero bueno. Cuando de repente, se
abre la puerta del salón, entra el Mister con su cliente, atraviesan el salón y
se acercan a la ventana a ver un libro recién impreso…., yo muda, el cliente ojiplático,
y al pasar junto a mí dice el Mister, por si había alguna duda: “Ésta es mi
mujer, que está en pijama”, por si el otro no se había dado cuenta…. ¿Cómo os
quedáis? Yo no sabía dónde meterme, eso sí, el pijama era monísimo, pero ése no
es el tema. ¿Qué necesidad había de pasarlo al salón? ¿Por qué, señor mío, por
qué?
Total que el hombre debió pensar que yo, además de estar en
pijama, era sordomuda o gilipollas integral, porque no articulé palabra.
Cuando se fue, le digo a mi amado esposo: “Pero vamos a ver,
cómo se te ocurre pasarlo al salón, si he cerrado la puerta es por algo, no? Haberlo
llevado a tu despacho”
-“Pero, ¿qué pasa? ¿Por qué te pones así? A mí no me parece
tan raro, ni que hubieras estado en bragas. Si no te pusieras el pijama según
entras por la puerta, no te pasarían estas cosas”
Yo ya después de esto, no tengo palabras, sólo puedo decir,
Señor dame paciencia. Y alguien se pregunta todavía porque escribo un blog? Desde
luego con este hombre no me aburro.
Por cierto, si alguien necesita algo de diseño, renovación
de imagen del blog, imagen corporativa, tarjetas de visita y todo tipo de
creatividad bonitísima, os lo presto.
Imagen vista aquí
Siempre entro en tu blog esperando echarme unas risas y nunca decepcionas. Qué fuerte! Tu en pijama y él metiendo al cliente jaja! No lo has matado?
ResponderEliminarPues no lo mate, ya me tiene acostumbrada a sus ocurrencias. La verdad es que es imposible aburrirse con él, nunca sabes por dónde te va a salir. Gracias por el comentario guapa. Muack
EliminarJajaja ay madre, a partir de ahora, ya sabes, la colección de pijamas para visitas de clientes y el resto.
ResponderEliminarQue cosas tiene tu marido, y encima hacerle hincapié de que estas en pijama O_o
Sí, eso casi fue lo peor, por si el tío no se había dado cuenta, tuvo que aclarárselo él, jajaja, es para matarlo. Eso sí, no sé qué sería de este blog sin él, porque es uno de los personajes favoritos. No quiero imaginar que hubiera estado yo en pelotas
EliminarPerodona que me ría, pero lo cuentas tan rebien 😂😂😂
ResponderEliminarRiete todo lo que quieras hermosa, que para eso estamos mayormente. Un beso bonita
EliminarOlga, aunque tus posts tarden, vale la pena esperar, que risas me echo. Gracias!!
ResponderEliminarMuchas gracias, María. Me alegro que te guste
EliminarJajajaja, madre mía!
ResponderEliminarSí, p'haberse matao, jajaja
EliminarJajaja Ya echaba de menos tus posts. Siempre me haces reír. El Míster es total. Te da para un blog, un monólogo del club de la comedia y un programa de sketches por lo menos Jajaja
ResponderEliminarEl Mister al final me dará para un libro, lo veo venir. Besos guapa
EliminarJajaja..lo estoy visualizando y no puedo parar de reírme!! Es 'pa' matarlo!! ..jajaja
ResponderEliminarSí, tú riete. Eso es lo que le salva a él, que a mí me da siempre por reirme. Bss
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