Hemos pasado unas vacaciones muy buenas en todos los
sentidos, a pesar de los preadolescentes, lo hemos pasado fenomenal y digamos
que hemos comido y bebido como si no hubiera un mañana. Todo eso está muy bien,
porque para eso se va uno de vacaciones, para disfrutar a tope, pero claro, los
cuerpos ya no son lo que eran y los excesos se pagan, así que digamos que hemos
vuelto con alguna lorza de más. Tras varios años de experiencia en la temática
de las dietas, yo he llegado a la conclusión de que lo que te cuesta perderlo
un mes lo recuperas en dos días de desenfreno, así que este año no me pilla el
toro, y he empezado la operación bikini en otoño. Pensaréis que estoy loca, que
igual lo estoy, pero es que en cuanto nos queramos dar cuenta estamos en
Navidad, y si en verano nos hemos pasado, en Navidad ni te cuento lo que puede
ser, y entonces ya sería acumular triple lorza mortal. No vamos a repetir el
desastre de la primavera del 2013 que podéis leer aquí, en la que nos dimos al
bocata de pavo y quedó demostrado que no vale hacer un remix de varias dietas y
coger de cada una lo que más nos gusta. Así que, tras un estudio de varias
dietas, me decidí por la que me parecía más saludable y más fácil de hacer para
mí, que no tiene nada de particular, vaya, sino sentido común sobre todo. No os
la voy a poner entera pero si os queréis meter entre pecho y espalda un bocata
de chorizo que es lo que me comería yo ahora mismo según estoy escribiendo
esto, no se puede, es una pena, pero algún sacrificio hay que hacer. No lo
estoy llevando demasiado mal, y hambre no se pasa, la verdad, es más una
sensación de sinvivir continuo, como de pena interna, porque cuando te apetece
comerte una de calamares pues te tienes que tomar una pieza de fruta y cuando
Lasniñas se están comiendo un filete empanado con patatas fritas, pues a ti te
toca ensalada de lechuga con pechuga de pollo a la plancha. Del alcohol mejor
no hablamos, completamente prohibido, y el dulce menos mal que no me gusta,
pero esa cervecita mientras cocinas con unas aceitunitas….. nada, pecado
mortal, eso sí, te puedes comer una zanahoria cruda, que no es que consuele
mucho, casi dan ganas de llorar más bien. Pero bueno, así es, sólo hay que
acostumbrarse y reprimir los impulsos que te llevarían a rebañar los platos de
tus hijos. Tengo que decir también que sólo la hago a rajatabla de lunes a
viernes a mediodía, el fin de semana me la salto, mayormente para que no me dé
una depresión profunda por este malvivir a diario, si ya lo dice mi madre, hay
que ser muy mala persona para meterse a endocrino. Ella dice que tú vas al
endocrino que es el médico de la dieta y lo primero que te pregunta es lo que
más te gusta comer, para a continuación prohibírtelo. El caso es que yo que
llego al viernes con la mirada desencajada, hacia las 8 de la tarde me salto el
régimen a la torera, no vaya a ser que el verano que viene sea la más sexy de
toda la playa, que no quiero dar envidia que la envidia es mu mala.
Pero, y el Mister? Eso es lo mejor, me dice que él también
la va a hacer, que igual le vendría bien perder un poquillo de tripa. El primer
día se sienta a cenar y toca ensalada de tomate y tortilla francesa, hasta ahí
todo bien, cenamos y cuando hemos terminado me pregunta mirando mi plato:
-“¿Te vas a dejar eso?” mirándome con cara de extrañeza, como
si estuviera dejándome una ración de jabugo.
“Eso” era el juguillo del tomate con un chorrito de aceite y
le digo: -“Pues claro, no me lo voy a beber”.
Yo no había puesto el pan en la mesa para evitar tentaciones.
Coge el tío dos rebanadas de pan de molde, una la unta por
mi plato y luego por el suyo, la otra por la ensaladera, lo rellena de
salchichón y se lo mete entre pecho y espalda con una cara de felicidad
absoluta…. Yo no daba crédito. Yo mientras, yogur de soja desnatado.
Yo callada y me suelta: “pues está muy bien esta dieta, no
se pasa ni pizca de hambre”
-“Pero qué dieta? Si no la has hecho”.
-“Cómo que no? He cenado lo mismo que tú”.
-“Bueno, lo mismo lo mismo, pues igual tampoco, porque tú de
postre te has apretado un bocata”.
-“Un bocata dice, a cualquier cosa le llamas tú un bocata”.
Un mes después todavía se está preguntando porqué yo he
adelgazado y él no. Una cosa es saltárselo los fines de semana y otra comer de
régimen el primer plato y luego segundo y postre. Que mi hermana hizo una vez
lo de los batidos esos que sustituyen una comida y se los tomaba de postre, no adelgazaba
ni a tiros, claro.
Bueno, os dejo por hoy que tengo que ir al gimnasio y se me
abren las carnes sólo de pensarlo.
Muy fan del míster jaja!
ResponderEliminarYa debo haber quemado 200kcal con las risotadas, tu blog es un buen apoyo para cualquier dieta! (yo no hago dieta eh? La mala leche qye me da si paso hambre no me compensa). :)
Jajaja, sí, la verdad es que da una penica y una mala leche, jajaja. Bueno, yo la hago de aquella manera, pero vamos lo del Mister es el colmo, y lo mejor es que cree que la está haciendo. Me parto. Un beso guapa
EliminarJajaja... Lo del Míster no tiene precio... Mi marido hace lo mismo: se cena la ensalada que he preparado, pero acompañada de un montado de lomo con queso (o un sándwich de chorizo o tres salchichas...), un yogur desnatado y otro normal (porque el desnatado le ha sabido a poco :o) y luego dice: "Estoy demasiado lleno, creo que he comido demasiado". No, si te parece...
ResponderEliminarMe encanta tu blog, me río mucho. Un beso!
Muy bueno también lo de tu marido, montadito de lomo con queso, qué rico. Me alegro que te guste. Espero que sigas por aquí. Besos
EliminarJajaja, por lo menos tu mister hace como que lo intenta porque el mío....ni eso el muy...!!!! Por cierto, no me sale el enlace del desastre de la primavera del 2013, pero vamos, que yo soy muy de eso, me hago unos remixes de dieta ideales de la muerte! Un beso!
ResponderEliminarMe alegro que te guste guapa. Son el colmo y ayer se apretó una bolsa entera de cortezas, media de aperitivo y la otra media de postre, tan yranquilo el tío. Ahora miro lo del enlace. Gracias por avisar. Bsd
EliminarElmister, un crack. Como el mio, que creo q piensa que todo lo que no come sentado a la mesa o a escondida no le engorda...
ResponderEliminarJijiji muy bueno lo de comer a escondidas, el Mister es la caña. Bss
EliminarMiedo me está dando que llegue la post-lactancia, ya me veo igualita igualita que tu míster.
ResponderEliminarNo será para tanto, seguro. Hoy ha sido ensalada de primero y luego se ha hecho una fajita de salchicha, para rellenar huecos
EliminarJajajaj, tu marido es ideal!! Pero creo que eso de los bocatas es algo común a todos!! Aunque sea con pan de molde.
ResponderEliminarSí, es para comérselo a él enterito, jajaja
EliminarJajajaja... Me parto con tus historias Olga! Tienes un gran sentido del humor. Ya te lo he dicho varias veces amiga. Habla con el guionista del Club de la Comedia. Eres la caña!
ResponderEliminarTienes el poder de sacar sonrisas... Bravo! Y enhorabuena!
Me parto con tu Mister... jajajaja
Hola bonita, me hace mucha ilusión que te guste, amiga. Me ha encantado verte hoy. Un beso enorme
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