viernes, 17 de abril de 2015

El Mister y sus ideas


Hoy es uno de esos días en los que no me aguanto ni yo, estoy deseando llegar a casa para tirarme al sofá. Pongamos que no ha sido una de mis mejores semanas. El trayecto, normalmente de unos 15 minutos, se me hace eterno, agravado por una de esas obras absurdas con las que nos obsequia el ayuntamiento de esta ciudad. Casualmente hay una obra/mudanza en mi calle y no hay dios que aparque, doy vueltas y el único sitio que encuentro es debajo de un pino, o sea que tiene toda la pinta que mañana cuando vaya a por el coche me lo voy a encontrar decorado por la putas palomas que habitan en mi barrio. Me planteo mentalmente dar otra vuelta a ver si hay más suerte o aparcar a tomar por culo y me decido por esto último, el paseo me vendrá bien.
Cuando llego a casa, saludo a Lasniñas y al Mister, cada uno está en su cuarto, el Mister trabajando y Lasniñas hacen la tarea, qué paz, qué tranquilidad, una sensación de bienestar me invade y decido meterme a la ducha y lavarme el pelo. Hoy me merezco dedicarme un poco a mí misma y al salir me echo las ochenta cremas que según las revistas hay que echarse a diario, tarea completamente imposible en el mundo real, al menos en mi caso. Hoy tiro la casa por la ventana y me pongo mascarilla, un aceite suavizante en el pelo, anticelulítico en las zonas “rebeldes” (ya trataremos en otro post este temita), reafirmante en el resto, super suavizante en manos y codos y porque no tenía betún, que si no me lo unto también. Vamos que he salido del baño más suave y perfumada que en años. Sorprendentemente pude realizar toda esta operación sin escuchar ni una sola vez: “Mamáaaaaaaaa…….. ven” no me lo podía creer, los astros se habían alineado a mi favor y además la cena estaba hecha. Salgo del baño, con miedo, pensando qué me encontraré …., y nada, silencio, el Mister a los suyo, Lapequeña jugando en su cuarto, Lamayor viendo la tele. Así que en pijama me pongo a leer en el sofá.
Viene el Mister y me dice: “Por qué estás en pijama, va a venir un cliente ahora”. En este punto os aclaro que él trabaja en casa, tiene una habitación/despacho para él solo.
-“¿A estas horas? Estoy en pijama porque acabo de salir de la ducha y a menos que pretendas llevarme a cenar a un restaurante que me encante, al cual no puedo ir en pijama, no me visto ni aunque venga Brad Pitt”.
Así que cerré la puerta del salón y seguí leyendo.
Suena el timbre, abre el Mister, y los oigo hablar en el recibidor. Yo a todo esto tan tranquila, claro, pensando que tenía que haberme secado el pelo porque lo tenía chorreando, pero bueno. Cuando de repente, se abre la puerta del salón, entra el Mister con su cliente, atraviesan el salón y se acercan a la ventana a ver un libro recién impreso…., yo muda, el cliente ojiplático, y al pasar junto a mí dice el Mister, por si había alguna duda: “Ésta es mi mujer, que está en pijama”, por si el otro no se había dado cuenta…. ¿Cómo os quedáis? Yo no sabía dónde meterme, eso sí, el pijama era monísimo, pero ése no es el tema. ¿Qué necesidad había de pasarlo al salón? ¿Por qué, señor mío, por qué?
Total que el hombre debió pensar que yo, además de estar en pijama, era sordomuda o gilipollas integral, porque no articulé palabra.
Cuando se fue, le digo a mi amado esposo: “Pero vamos a ver, cómo se te ocurre pasarlo al salón, si he cerrado la puerta es por algo, no? Haberlo llevado a tu despacho”
-“Pero, ¿qué pasa? ¿Por qué te pones así? A mí no me parece tan raro, ni que hubieras estado en bragas. Si no te pusieras el pijama según entras por la puerta, no te pasarían estas cosas”
Yo ya después de esto, no tengo palabras, sólo puedo decir, Señor dame paciencia. Y alguien se pregunta todavía porque escribo un blog? Desde luego con este hombre no me aburro.

Por cierto, si alguien necesita algo de diseño, renovación de imagen del blog, imagen corporativa, tarjetas de visita y todo tipo de creatividad bonitísima, os lo presto.
Imagen vista aquí

14 comentarios:

  1. Siempre entro en tu blog esperando echarme unas risas y nunca decepcionas. Qué fuerte! Tu en pijama y él metiendo al cliente jaja! No lo has matado?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues no lo mate, ya me tiene acostumbrada a sus ocurrencias. La verdad es que es imposible aburrirse con él, nunca sabes por dónde te va a salir. Gracias por el comentario guapa. Muack

      Eliminar
  2. Jajaja ay madre, a partir de ahora, ya sabes, la colección de pijamas para visitas de clientes y el resto.
    Que cosas tiene tu marido, y encima hacerle hincapié de que estas en pijama O_o

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, eso casi fue lo peor, por si el tío no se había dado cuenta, tuvo que aclarárselo él, jajaja, es para matarlo. Eso sí, no sé qué sería de este blog sin él, porque es uno de los personajes favoritos. No quiero imaginar que hubiera estado yo en pelotas

      Eliminar
  3. Perodona que me ría, pero lo cuentas tan rebien 😂😂😂

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Riete todo lo que quieras hermosa, que para eso estamos mayormente. Un beso bonita

      Eliminar
  4. Olga, aunque tus posts tarden, vale la pena esperar, que risas me echo. Gracias!!

    ResponderEliminar
  5. Jajaja Ya echaba de menos tus posts. Siempre me haces reír. El Míster es total. Te da para un blog, un monólogo del club de la comedia y un programa de sketches por lo menos Jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El Mister al final me dará para un libro, lo veo venir. Besos guapa

      Eliminar
  6. Jajaja..lo estoy visualizando y no puedo parar de reírme!! Es 'pa' matarlo!! ..jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, tú riete. Eso es lo que le salva a él, que a mí me da siempre por reirme. Bss

      Eliminar