miércoles, 1 de octubre de 2014

Cómo sobrevivir a las vacaciones con adolescentes II


Antes de que se enfríe todo, tengamos que sacar los abrigos y las vacaciones pasadas sean un espejismo, paso a relataros cómo transcurrió la segunda parte del verano que empezaron a salir Lasniñas.
Tras nuestra experiencia en las fiestas de un pueblo de cuyo nombre no quiero acordarme, que podéis leer aquí, nos trasladamos a un pequeño pueblo de la costa asturiana que prefiero mantener en el anonimato. Nosotros, inocentes donde los haya, pensábamos que habíamos dejado atrás todo tipo de verbenas, bailes, y actividades desenfrenadas diseñadas para el jolgorio de los adolescentes y el infierno en vida de sus pobres progenitores. JA. Las fiestas nos persiguen, y es que el mes de agosto es lo que tiene, que hay fiestas allá por donde vayas, que yo entiendo que la verbena en pleno mes de diciembre pues no luce igual, y en el manual de padres no ponía: “huirás de las fiestas de los pueblos como si de la peste se tratase”. ¿Os acordáis el famoso dicho de que en España en una época muy lejana podía atravesar el país una ardilla saltando de árbol en árbol? Pues no sé si será cierto, pero lo que sí es verdad es que te puedes tirar el mes de agosto de fiesta en fiesta de pueblo en pueblo sin parar, doy fe. ¿Es o no es un infierno? Esto nos pasa por no consultar el calendario de fiestas populares. El caso es que al poco de llegar, ZAS, en toda la boca, las fiestas del pueblo,  y claro, Lamayor y Losprimos que se habían venido arriba con la experiencia anterior, otra vez a salir y bailar como si se fuera a acabar el mundo. Por suerte pudimos frenar a Lospequeños, pero ya han avisado, que el año que viene van a salir ellos también. Y además, hay que ver cómo salen, porque esa es otra, el adolescente español se caracteriza porque jamás tiene frío, debe ser que la revolución hormonal produce aumento de la temperatura, y eso sí, hay que ir todos vestidos iguales, como de uniforme. Para las chicas es imprescindible salir en pantalones cortos, cuanto más cortos mejor, que claro, si tuviera yo esas piernas igual también iba en pantalones cortos todo el año. Sin embargo, el dress code adolescente permite ponerse botas (menos mal), los pies calentitos es fundamental, lo hacen para no pillarse unas anginas y que no las dejen salir el día siguiente. La sudadera o jerseicito (una Rebequita que diría mi madre) es fundamental en el verano del norte, pero ellas la llevan como arrastrando, como si les diera asco, tú les amenazas, que sin jersey no salen, que se lo ponga, y ceden, pero a la que te despistas, ya se lo han quitado y se lo han colgado del cuello de cualquier manera. Resultado, si no has perdido una o dos sudaderas en verano es que no has tenido verano.  Lo que os digo, no sienten el frío, ni el sueño, nunca tienen sueño, son como los vampiros, por la noche claro, porque lo que es por la mañana casi te tienes que liar a tiros para que se levanten. Me he descubierto este verano diciendo una frase muy de mi padre que resonó en mis oídos durante toda mi adolescencia: “El que tenga cuerpo para salir que lo tenga para madrugar, así que hala, arreando y todo el mundo a levantarse”. Así que a las 10.30 como muy tarde he estado tocando diana como si fuera aquello un cuartel, vamos que sólo me faltó comprarme la corneta. Eso mismo hizo mi padre y mira lo bien que hemos salido todas, aunque reconozco que en aquel momento a mí me daba un coraje…

De todas formas y por verle el lado positivo a esta nueva etapa, si ellas pueden salir, tú también, es decir, que se pueden quedar solas en casa, así que el Mister y yo por primera vez en muuuuuuuuchos años hemos podido salir a tomar algo sin niñas y sin necesidad de buscar canguro, definitivamente no hay mal que por bien no venga. Eso y que el mes de agosto dura lo que dura, un mes, la naturaleza es sabia, y por eso no hay más vacaciones, porque no hay cuerpo que las aguante. Vuelta a la dura realidad, aquí por la noche ya no sale ni el Tato, las fiestas, como las bicicletas, son para el verano, al menos de momento.

6 comentarios:

  1. Me encanta tu teoría de las hormonas y la temperatura jajaja!

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    1. Es que alguna explicación tiene que haber, no? Jajaja. Me alegro qe te haya gustado guapa. Muacks

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  2. Es la primera vez que entro en tu blog y me ha encantado. Me uno a tus lectores desde este momento. Lo de la temperatura corporal debe ser cierto porque de adolescente yo también salia en enero con una miserable cazadora vaquera ;)
    http://diariodeunamadredelsigloxxi.blogspot.com.es/

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    1. Bienvenida, y gracias. Voy a echar un vistazo al tuyo. Espero que te pases x aquí de vez en cuando. Bss

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  3. Yo friolera he sido siempre, incluso hormonada, pero lo del sueño es muy cierto. Ahora me cuesta hasta acabar de comer, de hecho, dormiría la siesta antes de hacerlo, porque llego a casa con más sueño que hambre, pero hace unos año odiaba que mis padres me obligasen a dormir la siesta y quedarme en casa porque hacía demasiado calor para salir (como es normal, ahora les entiendo perfectamente)

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    1. Pues sí hija sí, yo estoy en las mismas. Estamos viejunas, jajaja

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