En mi incansable análisis sobre el ser humano, hay una
subespecie que no deja de sorprenderme y que considero objeto de estudio
exhaustivo, son: Los Amigos. Quien más y quien menos tiene un buen puñado de
ellos que nos aderezan la existencia con los caracteres más variopintos. Así
que, llevada por razones que ahora no vienen al caso, vamos a proceder a
analizar alguno de estos especímenes:
El amigo sin-casa
Suele ser un individuo, amigo de tu mister, por supuesto, tú
nunca te echarías un amigo así, que empezó a pulular por tu casa años ha, y
cuyo nombre viene precisamente porque no se le conoce domicilio. Que no digo yo
que no la tenga, líbreme Dios, que vivirá en algún sitio, pero que nunca hemos
visitado su casa ni nunca la visitaremos. Los encuentros tendrán lugar siempre
en nuestra casa. El individuo en cuestión tiene un comportamiento un tanto
errático, llama para quedar un día, pero no es seguro que pueda ir (no entiendo
entonces para qué ha llamado), pero lo va a intentar (¿?), el día en cuestión
no aparece, pero tampoco llama, al final va otro día avisándote una hora antes
como mucho, y nunca tiene prisa por irse, de ahí tu sospecha de que no tiene
casa. Suele padecer una sed sin límites, casi siempre de bebidas alcohólicas,
no recuerdo haberle visto nunca con un vaso de agua en la mano, se sospecha que
desarrolló una alergia al agua del grifo en algún momento de su tierna
infancia. Para más inri, suele estar soltero o separado por lo tanto no
entiende bien lo que son horarios de casa decente con niños, vamos de cuartel
militar que es lo que parece mi casa cualquier día laborable. Hay que tener
mucho cuidado con él porque se atrincherará en el sofá de tu casa cerveza en
mano y no le echas ni a tiros, y si sacas patatas fritas estás perdida. Nunca,
bajo ningún concepto debe suministrársele de viandas caseras por ejemplo
cocido, croquetas, tortilla de patata ni nada que se le parezca o no te lo
quitarás de encima ni con agua caliente. En esta situación lo que mejor
funciona es aguantar el tipo estoicamente sin sacar ningún alimento crudo o
procesado aunque te rujan las tripas. Si este método no funciona, lo mejor es
decir que estás agotada, ponerte el pijama y acostarte, dejando a tu Mister,
que es el que lo trajo a casa, que se las entienda con él. Eso sí, antes de
irte le echarás una mirada de cómo-mañana-no-esté-todo-recogido-te-vas-a-enterar,
que él por supuesto no entenderá.
El amigo gorrón
Es una variante del anterior, pero este sí tiene pareja y
por lo tanto casa, con lo cual unas veces vais a su casa y otras es en la
vuestra (muchas más en la vuestra). La pareja suele ser de su misma calaña. Más
peligrosos aún, pues van en grupo. Suelen aparecer por tu casa sin previa cita,
es decir, a cualquier hora del día o de la noche, preferiblemente de la noche y
jamás, repito, jamás traen nada más que su cuerpo serrano, Eso sí, comerán y
beberán como si no hubiera un mañana hasta altas horas de la madrugada. Lo
positivo es que suelen tener cachorros, por lo tanto no vendrán en día
laborable, ahora, lo que no tienen es prisa por acostarlos, se han dado casos
de parejas de esta especie que se han ido de una casa olvidándose a sus propios
hijos que habían quedado dormidos tirados en cualquier alfombra. Siempre se
despiden diciendo: “la próxima en nuestra casa” “ya sabéis dónde estamos”
“pasaros cuando queráis” y demás sandeces por el estilo. Cuando por fin llega
el día en el que te invitan, te dicen sin paños calientes que lleves tú el
vino, el postre o cualquier cosa, que son ganas de tocar los cojones, porque
todo el mundo sabe que cuando se va a casa ajena invitado, qué menos que llevar
un detallito. Pues más vale que te
lleves un tupper, porque lo mismo pasas hambre. Si pensabas que viéndolos
comer, en su casa te ibas a poner morado, ERROR, sólo se ponen como el tenazas
en casas ajenas, en la suya son frugales, y te pondrán 4 lonchas de
chopped-pork con dos curruscos de pan y una ensalada aludiendo que no es sano
comer mucho por la noche.
Tengo que decir que yo de estos últimos no tengo ninguno, pero
sé de buena tinta que existen porque me lo ha contado la amiga de una amiga.
Los personajes que aparecen en este post no son personas
reales. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Si alguien se
siente identificado con alguno de los especímenes aquí relatados, que se lo
vaya haciendo mirar.
Ay esos amigos de mis amigos que son mis amigos son muuu malos jajajaja
ResponderEliminarDebo confesar que al haberme mudado de residencia he perdido ese gustazo por tener amistades peligrosas y como acá se acostumbra eso de "vámonos de tapas" no tengo que ni preparar ni invitar juars juars juars...
Un besote desmadroso y ÁNIMO :P
Pues mira qué bien lo de vámonos de tapas me encanta, me lo apunto con boli rojo para la próxima vez, jajaja. Cómo van Critter y Fetín? Ya te queda poco, no? Besos guapa
EliminarMi marinovio es el típico amigo gorrón!!! jajajaja
ResponderEliminarEntre nosotros y sus amigos tenemos un par de frases que nos decimos cuando tenemos que irnos, una es "uyyy, qué tarde", y la otra es "como en esta casa no me dan de comer, me voy a la mía"
Jajaja, que me partooooo. Pero al menos hacéis igual en todas las casas, no? Bss
EliminarSi quieres venir a la mía te invito, pero sssssssh, no se lo cuentes a nadie
Qué bueno y que cierto! Mis padres tenían unos amigos-gorrones que eran tal cual los has descrito, y tenían unos hijos que a mí me tocaba soportar que me ha producido un trauma con los años… menos mal que crecimos y ya no tenía que ir yo con ellos. Yo como de momento no tengo casa no lo he podido vivir en mis propias carnes, pero sí que tengo el gusto de tener alguno de esos que nunca encuentran la cartera para pagar, y si la encuentran nunca llevan dinero suficiente, y siempre les tengo que dejar dinero que prometen devolver y nunca mais!! Y no sé por qué siempre me lo dejan a deber a mí, cuando hay más gente en el grupo. Debo tener cara de ser el banco de España, cuando soy una mileurista que intenta ahorrar para poder vivir con su novio como todas!!! Jajaja!! Lo que sí he visto es como un gorrón lleva el postre a casa de otro amigo cuando le invitan a cenar y como no se come, se lo vuelven a llevar a su casa. Vamos menos clase no se puede tener, encima de que te invitan a cenar!!! Eso ni lo gitanos! En fin que hay que tener un cuidado para que no se te quede el monedero vacío y una cara de mema terrible!!!
ResponderEliminarBego
Ay Bego, qué ilusión me hacen tus comentarios. Tienes toda la razón guapa, muy fuerte también lo del que pide dinero y nunca lo devuelve. Luego también está la variante del que lleva un billete de 100 euros en el bolsillo desde hace años y nunca le dan cambio en ningún sitio, con lo cual se libra de pagar. Cuidado con esos también. Besos guapa
EliminarMuy buena esta radiografía de estos personajes que todos hemos llegado a conocer alguna vez! Besitos linda
ResponderEliminarGracias por tu comentario, guapa. Besos
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