jueves, 3 de octubre de 2013

Para presumir hay que sufrir

 
Hoy pensaba escribir sobre otro tema, pero a mediodía he estado en la peluquería, y no me he podido resistir. La peluquería es ese antro de perdición donde pagamos para que nos hagan todo tipo de perrerías que ahora paso a detallar.
El tinte
El tinte como su propio nombre indica es para teñir el pelo, así contado parece inofensivo, pero no os llaméis a engaño, es una tortura digamos de nivel 3. Te ponen un líquido que huele, como os diría yo, que tira de espaldas, que más os vale ir en ayunas, porque como te hayas comido un cocido montañés, en la primera arcada lo desparramas por todo el local. El liquidito no sólo huele que te corta la respiración, sino que es como si te hubieran echado ácido sulfúrico en la cabeza, es una mezcla entre picor y escozor que te dan ganas de clavarle las tijeras en el muslamen a que te lo está echando. Por si os ha parecido poco, para avivarlo y que “suba” mejor te bajan del techo un aparatejo digno de la nave de Startrek del cual sale un calor infernal, con lo que te pica y te escuece mucho más.
Si en este punto aún estás consciente y te atreves a mirarte en el espejo, no te reconocerás en ese ser que te mira con los ojos desencajados. Digamos que tu pelo tiene en las raíces una especie de plasta cremosa de color como azulado, y las puntas es como si te lo hubieran cardado con lo que usan los gatos para rascarse las uñas, pero con el gato puesto. Todo esto encerrada en una especie de radiador de 4 brazos que te envuelve. El panorama es desolador. Yo en ese punto soy partidaria de cerrar los ojos  y ponerme a divagar.
El lavado
Luego viene el lavado, claro, para tu regocijo y cuando ya estás a punto de rascarte el cuero cabelludo hasta despellejarte viva, oyes: “pasa al lavabo” y te suena como música celestial. “El lavabo” en sí, lo es, pero claro, como se trata de lavarte el pelo sin ponerte perdida de agua (que no siempre se consigue), tienes que echarte como hacia atrás y apoyar la cabeza en una especia de orinal gigante de plástico que me recuerda a las cuñas que ponen en el hospital pero en negro, que eso sí que ha debido ser diseñado por el mismísimo demonio o al menos por alguien que tenía muy mala leche. Al principio no te lo parece, pero al ratín de estar ahí recostada empiezas a notar cómo el utensilio se empieza a clavar en las cervicales. Si en este punto te cae la típica gota traicionera que resbala por tu cuello y continúa por tu espalda hasta exactamente la rajilla del culo, ya es el acabose. En este punto puede que oigas: “¿quieres mascarilla?”… -“Nooooooo, no quiero mascarilla, lo que quiero es que esto se acabe ya de una puñetera vez y si aprecias en algo tu vida, por tu madre, date prisa que me va a dar una contractura”
El corte
Esta es la parte menos dañína en el momento, pero a largo plazo puede tener consecuencias graves. ¿Por qué les gusta tanto a las peluqueras/os cortar? te miran con ojillos de ilusión infinita y una sonrisa de oreja a oreja: “¿cortamos?...” Casi da penilla decirles que no, les da como bajón, yo creo que les quitan puntos del carnet de peluquero o algo así.
El secado
La última parte, o la última tortura, según se mire. Digamos que yo tengo el pelo rizado y cuando voy a la peluquería aprovecho y me lo aliso. El alisado se hace básicamente, a tirones, es como si pretendieran arrancarte el pelo a mechones, vamos, una delicia. Enrollan el mechón en un cepillo, y tiran a la vez que te echan aire caliente, vamos para llorar directamente o darte al alcohol. Propongo que en las peluquerías deberían poner copas, para pasar el mal rato, “qué va a ser?” “pues tinte y un gintonic”, mucho mejor que el “lavar y marcar” de nuestras madres, que por cierto, el marcar no sé qué era, a ver si antiguamente las marcaban como al ganado, vamos, ya lo que me faltaba.
Las mechas
Las mechas es como el tinte pero en versión cebra, es decir, a rayas. Y ahora las dan envolviéndolas en papel de plata, que te miras al espejo y no sabes si es tu pelo o unas chistorritas preparadas para la barbacoa, antes te las daban con gorro…. muuuuuy fuerte, te ponían como una especie de casco de goma con agujeritos y te iban sacando mechoncitos de pelo con una aguja de hacer ganchillo. Esto es verídico, no me lo he inventado, es acordarme y se me ponen los pelos como escarpias….
Si ya lo decía mi abuela, para presumir hay que sufrir…

13 comentarios:

  1. La peor tortura sin lugar a dudas son las.mechas con gorro. Además de los tirones, q en cada uno de ellos te cagas en toda la familia de la q te lo está haciendo, se te salta alguna lagrimilla y a mi.me han llegado hasta a dar palpitaciones (no es coña), cuando terminan tienes la cabeza como la de un barriguitas, llena de micro injertos... Un horror vamos.
    Eso si, si das con una santa q te haga un masaje mientras te lava la cabeza, estas en la gloria....
    Un beso guapa!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja qué bueno lo de los Barriguitas, es total. Besos guapa

      Eliminar
    2. Jajajajaja!!! Estaba segura que Blanca iba a comentar su experiencia con el gorro! Tiene un trauma!
      Yo odio ir a la peluquería, prefiero hacerme yo las cosas a lo Tita Cervera!jeje!!
      Besos!
      Begoña

      Eliminar
    3. Si está traumada la pobre Habana. Muy bueno lo de Tita Cervera. Base guapa

      Eliminar
  2. Jajajajaja me ha gustado la idea de que te tiñan y te pidas el gin tonic! totalmente de acuerdo, lo de lavarte y las cervicales es un horror!
    En la ultima pelu que estuve, te lavaban tumbada completa! Una delicia, como lo oyes
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué pasada lo de lavarte el pelo tumbada. Me alegro que te haya gustado. Besos

      Eliminar
  3. Impresiona...como consigues hacer que me ria a carcajadas con algo tan cotidiano!!! Muchas gracias por tu blog!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias guapo. Me hacen mucha ilusión vuestros comentarios. Bss

      Eliminar
    2. Gracias guapo. Me hacen mucha ilusión vuestros comentarios. Bss

      Eliminar
  4. Yo... He ido hace menos de 10 días. Han cortado, han puesto mechas, han puesto tratamiento de keratina... Estancia mínima... Dos horas y media, casi tres... Está que te cagas cuando te dan conversación, o una revista, o te dan un masaje... Pero tanto tiempo es mortal. El culo lo tenía duro!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Madre mía, sólo te ha faltado alisado japonés que no quiero ni imaginarme cómo será, igual se te sube una japonesa en la melena, jajaja. Buen finde bonita

      Eliminar
    2. Jajaja, qué bueno lo del alisado japonés!
      En una pelu de mi barrio el sofá donde te lavan el pelo es de esos de masajes, mola mucho.
      Besitos

      Eliminar
    3. Sí jajaja oye que buena idea lo del sillón de masajes. Bss

      Eliminar