lunes, 21 de julio de 2014

Terror en el Centro Comercial


No sé muy bien cómo llegué a esa situación, pero me ofrecí voluntariamente o al menos eso creo, porque tengo un poco borrosos los recuerdos de ese día, lo que sí es seguro es que ya habían empezado las rebajas. El caso es que me encontré yendo a un centro comercial de cuyo nombre no quiero acordarme con Lasniñas y dos amigas, o sea, 4 preadolescentes en conflicto rebosantes de energía y de hormonas a partes iguales.
Al principio todo iba bien, aparcamos a la primera, y sin hacer muchas maniobras, y según entramos en la primera tienda, las niñas salen corriendo en desbandada cada una en una dirección como si estuviesen poseídas por el espíritu del consumismo, yo me encuentro en medio de una tienda que parecía una mezcla entre un campo de batalla y un afterhours, toda la ropa tirada, carteles en neón no aptos para ojos con vista cansada y una música ratonera a un volumen ensordecedor…. Hordas de preadolescentes revolviendo en montones de ropajes absolutamente espantosos, yo no sabía si mirar algo de ropa o pedirme un gintonic. El saldo fue positivo a nuestro favor: Lapequeña pilló allí la primera camiseta, ahora, que alguien me explique cómo puede ser que a una niña de 11 años tamaño pequeño, vamos, delgadilla, le sirva la ropa una tienda que se supone que es de adultos???? ¿Hay adultos de ese tamaño? ¿o yo estoy sobredimensionada? qué puede ser….
A partir de ahí todo fue un peregrinaje de tienda en tienda que mejor os lo ahorro, para terminar dos horas después en el Primark más grande de Europa y por lo que me dolían los pies al salir, más grande del planeta. No he visto una cosa igual en mi vida, es como entrar en otra dimensión, allí no hay manera de encontrar nada, debo estar muy mayor porque Lasniñas iban tan frescas arrastrándome de sección en sección, riéndose a carcajadas y probándose sombreros y gorros como si no hubiera un mañana, lo que pudimos andar por allí dentro, es como el camino de Santiago. Yo me miré de refilón y os juro que no me reconocí en la imagen de ese ser que me devolvía el espejo, llevaba la falda completamente retorcida, una sandalia desabrochada, los pelos como si una bandada de pájaros hubieran intentado anidar en mi cabeza, producto de las 20 camisetas que me probé para desechar a continuación, el rimmel corrido y una mirada de loca que riete tú de Jack Nicholson en El Resplandor, pensé: ésta es la imagen de una madre agotada hasta la extenuación.
Terminamos en la sección de pijamas donde Lamayor se probó absolutamente TO-DOS y ninguno le cuadraba, “Jo, noséquéhacer, tía, ¿me lo llevo?, le preguntaba a la amiga, ¿Tú que piensas? ¿Me queda bien?, es un poco…. Nosé.. mmm, no es muy yo, o sí? A ver, si tú fueses yo, ¿te lo llevarías? Es que bueno, no sé, para casa, vale, pero para ir a dormir a otra casa, ¿te lo pondrías?” al ver que entrábamos en bucle infinito, no pude más y grité justo cuando se apagó la música ensordecedora : “Te llevas el pijama o me corto las venas aquí mismo, que es para dormir, coño”, y se lo llevó.
Salimos del probador entre aplausos de otras madres igual de desesperadas que yo, algunas me miraban con lástima pensando que las cuatro niñas eran mías, otras con cara de estar pensando si me habría escapado de alguna clínica de salud mental.
De repente miro a Lapequeña y la amiga y llevaban como 14 prendas de ropa cada una, que todo les queda bien dicen, yo me parto. Después de pagar el pijama de los coj….. y no sé cuántas cosas más, porque es todo muy barato, pero al final cuando llegas a la caja son mínimo 30 euros, eso sí, es facilísima de encontrar porque tiene unos luminosos más grandes que el cartel de Hollywood. La salida ya es otro cantar, no está señalizada para que no puedas salir y te gastes allí todo el sueldo. Le supliqué a Lasniñas que si eran capaces de sacarme de allí en 5 minutos les compraba un helado con dos bolas. Os digo que hay familias enteras perdidas en el Primark buscando la salida, si no es por Lasniñas todavía estoy allí.

Salí de ese tugurio como alma que lleva el diablo jurando no volver en una buena temporada. Ya no tengo edad. 
Este post participa en la iniciativa #hayvidadespuesdelos6, que se ha inventado Merak Luna a la que podéis leer aquí, muy indicado para madres al borde de la locura
Imagen vista aquí

lunes, 7 de julio de 2014

Método Airgam para disimular la lorza


Como ya sabéis, tras una temporada de sacrificios (ejem) y asistencia al gimnasio (más ejemejem), lo que no hayamos conseguido ya, poco vamos a hacer. Si en invierno se nos hizo cuesta arriba la dieta o la semidieta, ahora ya es misión imposible, las terracitas, cervecita, unas patatitas fritas, unas aceitunas, por aquello de que no se nos suba a la cabeza, en fin, excusas baratas que hacen realmente imposible mantener a raya la lorza que amenaza con convertir nuestro verano en un auténtico infierno. Una vez que nos hemos plantado en julio, desengañaros, aquí ya no perdemos ni un gramo, para el año que viene habrá que empezar antes y más en serio, pero éste ya no hay mucho que hacer, salvo, practicar la contención para que el asunto no vaya a más y la técnica del disimulo de la lorza. Aunque parecía que no iba a llegar nunca, ya está aquí y el bikini no engaña, esto es lo que hay, vamos a intentar pasarlo lo mejor posible sin necesidad de recurrir al burkini.
Con unas nociones básicas os convertiréis en auténticas expertas.

Paso número uno: practica el cuerpo a tierra, hay que despojarse de la ropa a la velocidad del sonido para a continuación tumbarte boca abajo, así la lorza quedará totalmente aplanada debajo del cuerpo y no se verá, tiene la ventaja de que se te pone morena la espalda. No sirve si tu problema es el culamen.

Paso número dos: cuando se te empiecen a dormir las caderas y/o las rodillas y ya no aguantes más, rueda rápidamente sobre ti misma haciendo la croqueta para darte la vuelta y quedar boca arriba, con cuidado de que no se te salga una teta traicionera (a mí se me suele salir la derecha). Aunque a priori no lo parezca, esta  postura disimula también bastante la parte del michelín, pues parece que se aplana, debe ser por la fuerza de la gravedad. Yo reconozco que en esta postura no aguanto mucho tiempo.

Nunca, y bajo ningún concepto te tumbes de lado, pues parecerá que la lorza cobra vida y se desparramará hacia la toalla haciéndote parecer el doble. Tampoco es muy aconsejable sentarse, pues corres el riesgo de que el bikini se enrolle sobre sí mismo destapando ese pequeño y odioso michelín que se empeña en asomar.

Cuando los chorros de sudor te corran por el canalillo, te levantas de un salto y corres hacia el agua como alma que lleva el diablo metiendo tripa y sin respirar y te tiras al agua, allí ya puedes respirar tranquila, con la cabeza fuera del agua claro, no vayas a ahogarte, además puedes aprovechar para hacer unos largos. Para esta maniobra conviene colocar la toalla no muy alejada del agua, porque como se trata de contener la respiración hasta que lleguemos al borde no es plan sufrir una parada cardiorespiratoria o llegar al agua con la cara completamente morada.

Lo de salir del agua es horrible, pero cuando tienes los dedos arrugados como garbanzos y calambres en los pies, no queda más remedio, es eso o esperar a que se haga de noche. Así que, mete tripa otra vez, contén la respiración y a paso ligero hasta la toalla para volverá  practicar el vuelta y vuelta a la plancha. Cuando ya te duela todo el cuerpo, porque una ya no está para estos trotes, y necesites sentarte, puedes fingir un ataque de frío y envolverte en un pareo o incluso un corte de digestión, vestirte y huir al bar más cercano que el sol es muy malo y no conviene abusar. Llegada esta hora y con todo este trajín, te mereces una cervecita o dos, para hidratar, más que nada.


Hala, que os sea leve y no desesperéis, lo peor es el primer día de piscina, luego se lleva con más dignidad y cuando lleguéis a la playa está chupado, no sé por qué pero en la playa se te quitan todos los complejos, siempre hay gente que está peor que tú.